Retorno. Descubrimiento. Reencuentro.

Carolina Astudillo, residente de la 3a edición de la Residència de Guions, define así su proyecto Artemisia. Hablamos con ella FUERA DE GUION

Realizadora, periodista, investigadora y docente. Diplomada en Estudios de Cine por la Universidad Católica de Chile y con un máster en Documental Creativo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Ha desarrollado su trabajo en la investigación, la creación documental y la escritura con el eje articulador de las mujeres y la memoria histórica.

Sus trabajos oscilan entre el cine experimental y el documental. Tanto su primer largometraje, El gran vuelo (2014), como el segundo, Ainhoa, yo no soy esa (2018), han sido galardonados con la Biznaga de Plata al Mejor Documental en el Festival de Málaga, entre otros premios en festivales nacionales e internacionales. Su tercer largometraje, Canción a una dama en la sombra (2022), fue premiado en el Festival FIDOCS.

Sus películas han sido exhibidas en diversos museos e instituciones educativas, como el Jeu de Paume, Tabakalera, el Museu d’Història de Catalunya, la Universidad Paris-Sorbonne; Université de Franche-Comté; Université de Bourgogne; Aix-Marseille Université; Universitat Rovira i Virgili; Universidad de Salamanca (CEISAL); Universitat Pompeu Fabra; Universidad del País Vasco (TyF); Tecnocampus; Universidad de Chile; USACH y Diego Portales.

¿Cómo surge Artemisia? ¿Qué o quién es el detonante?

Artemisia surgió de la lectura del libro homónimo de Anna Banti —con el cual también estoy trabajando para el documental Como dos extrañas— y de mis ganas de contar una historia que tuviera que ver con Chile, mi país; España y con el desarraigo.

Hace casi veinte años que vivo en España y a veces me sigo sintiendo como si fuese extranjera. El regreso a casa es siempre un tema para quienes vivimos lejos. Es como si tuviéramos una pierna en cada sitio. Me identifico con la frase de la poeta argentina Juana Bignozz: i “El regreso es el verdadero destierro”. Volver, a veces, duele más que irse.

En el caso de Artemisia, el detonante literal que la hace volver es la muerte de una abuela. Y llega tarde. Tal como me ocurrió a mí con mi abuela materna. Y ahí comienza un viaje físico y emocional que la llevará a descubrir quién es ella realmente.

Los paisajes también son importantes en todas mis películas. No solo como escenarios, sino como espacios cargados de memoria. Artemisia no es la excepción: El desierto, el mar, la Toscana… son lugares bellos, incluso deslumbrantes, pero esconden historias dolorosas.

A estos temas, se le unió la maternidad. La maternidad provoca un reencuentro inevitable con la propia madre —presente o ausente—. Y con esa hija o ese hijo que viene a ocupar un espacio que antes no existía en tu vida.

Tres palabras (se admite cualquier categoría gramatical) que define Artemisia.

Retorno. Descubrimiento. Reencuentro.

Referentes que hagan crecer tu guion. 

Son muchos los referentes que he tenido para hacer esta película, y no se limitan solo al cine. Como en mis obras anteriores, la palabra tiene un papel fundamental.

Los textos de Susan Sontag han sido clave —de hecho, conocí la obra de Artemisia gracias al hermoso texto que la pensadora norteamericana dedicó al libro de Banti—, así como la pintura barroca, la propia obra de Artemisia Gentileschi y la de muchas artistas que fueron invisibilizadas o cuya autoría fue atribuida a otros artistas.

En lo cinematográfico, me inspiran películas de Roberto Rossellini, Milagros Mumenthaler (quien ha sido tutora de guion), Paz Encina, Meri Colell, Todd Haynes y Terrence Malick.

¿Cuál es la metodología que utilizas en tu proceso creativo?

Creo que cada película tiene su propia metodología. En el caso de Artemisia, he trabajado mucho en el desarrollo del personaje —aunque siento que aún me falta profundizar— y en cómo se relaciona con los espacios que habita y recorre.

Completa la frase: Para escribir guion es indispensable…

Tener tiempo para escuchar a los personajes, dejarse sorprender por ellos y no tener miedo de desviarse del camino inicial.

¿Cuál es tu mayor dolor de cabeza durante el proceso de escritura?

Conseguir una estructura que encaje dentro de los tres actos. Tiendo a ser más intuitiva y libre a la hora de escribir, lo que a veces me dificulta encontrar una forma que se ajuste a la lógica narrativa más tradicional.

¿Qué ingredientes son esenciales para la elaboración de un buen guion?

Conocer a los personajes: sus necesidades, conflictos y qué desean. También es esencial contar con tranquilidad para pensar, imaginar y escribir; conciliación, en el caso de quienes tenemos hijos; y, por encima de todo, libertad creativa.

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