El sentido del qué

Eva Valiño, Claudia Llosa, Razvan Radulescu, Isabelle Fauvel y Cristian Mungiu, en la Residencia este mes de mayo.

Retiro en Faberllull, residentes, tutores y parte del equipo.

Mayo ha sido una locura creativa! Pero una locura muy bonita y muy provechosa!

Una locura que ha unido todavía más el grupo de residentes y que los ha conectado más con los proyectos de los otros, en este séptimo mes de Residencia.

El mes empezaba con un taller muy inspirador de escritura desde el sonido, impartido por Eva Valiño, sonidista. Eva compartió su visión del cine y de la creación de historias desde el sonido. En cine el sonido de las cosas es el que el/la creador/a quiere que sea, con una intención comunicativa, y esto es una herramienta muy potente y creativa. Los habló también de la importancia de los valores sutiles en el sonido, que tienen la capacidad de transportar el público a un tiempo o un espacio. De cómo en los guiones ya hay marcadas acciones o ideas, a veces sin saberlo, que su oportunidades de montar imágenes sonoras con clara intencionalidad.

Durante este mes también se ha llevado a cabo la mentoría de una única sesión de “Vi la noche que nunca se acaba”, de Helena Santín. La mentora en esta sesión fue Claudia Llosa, cineasta peruana afincada en Barcelona, quien mostró mucha generosidad en el feedback de este proyecto.

Y mayo ha estado también el mes de la última estancia de la Residencia. Una estancia de una semana en Faberllull Olot donde residentes han convivido y compartido como nunca. Este retiro intensivo estuvo marcado por la creación de dinámicas de grupo en las cuales los residentes se daban feedback sobre los proyectos de los otros, en diferentes formatos, e incluso dividiendo el grupo en dos para poder hacer sesiones más largas. Estas sesiones estaban dirigidas por Razvan Radulescu, script editor y guionista rumano, e isabelle Fauvel, consultora de desarrollo francesa. Los dos profundizaron en los proyectos también haciendo sesiones individuales con cada uno, con días entremedias para que los autores evolucionaran, cosa que permitió avanzar en el pensamiento y trabajar habiendo digerido y madurado los feedbacks previos. El clima de la estancia fue muy intenso haciendo que fuera de los horarios de las sesiones, residentes y talleristas siguieran hablando y abriendo caminos a los proyectos.

La estancia culminó con una mesa redonda a cargo de cinco residentes co-organizada con Faberllull Olot, IRL y El Modern de Girona, en la cual los y las ponentes hablaron sobre su proceso creativo. “Si puede ser escrito o pensado, puede ser filmado”, bajo este título pudieron explicar cómo trabajan y como viven el momento de la escritura y de la creación de sus películas, cuál es la metodología de cada cual y de donde nacen sus historias.

Y a la vuelta a Barcelona, sin haber integrado aún todo lo ocurrido en Olot, y en colaboración con Europa Creativa MEDIA Cataluña, nos esperaba la guinda final de este mes tan intenso, con nombre y apellido: Cristian Mungiu. El cineasta rumano, ganador de la Palma de Oro del Festival de Cannes, conversó con los y las residentes durante más de dos horas a puerta cerrada en SOHO Barcelona sobre su proceso creativo, su manera de imaginar y plantear historias, su visión del cine... De cómo él necesita partir de historias preexistentes, que le hayan pasado o le hayan explicado, y de la importancia que tenga un sentido todo aquello que explica a través de sus historias.

No es lo qué, es el sentido del que.

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