Entre la practicidad y la poesía

Mar Medir, Marta Baldó y Matías Piñeiro, han visitado la Residencia el mes de junio.

Marta Baldó, Mar Medir y Matías PIñeiro.

Estamos ya en penúltimo mes de Residencia e intentamos evitar el vértigo y la nostalgia que nos invade a estas alturas.

Veníamos de un mes de mayo muy intenso y esto ha resultado en un junio de reescritura y finalización de versiones de guion. Tras el retiro de finales de mayo, las residentes encaraban la vuelta a Barcelona con muchas ideas para reorganizar, con sensaciones con sus historias que había que plasmar en papel y con mucho trabajo por hacer, trabajo que, además, había que compartir con sus tutores y tutoras para encarar la recta final.

Se ha compartido, y mucho, entre guionistas residentes y se han finalizado aquellos guiones que todavía no estaban cerrados.

A pesar del alto volumen de trabajo individual de estas semanas, las residentes también han encontrado momentos para compartir entre sí, así como para encontrarse con los últimos profesionales que nos visitan antes de la presentación final de los proyectos.

Así los residentes almorzaron -gentileza de Forn Elias- con la productora Mar Medir, productora ejecutiva y profesional con larga experiencia en la internacionalización del cine catalán, y con la productora y experta en marketing audiovisual Marta Baldó. El objetivo de este encuentro era que las residentes recibieran de la mano de estas dos profesionales consejos e indicaciones para presentar su proyecto a terceros: lo que conocemos como la preparación de un pitch. La primera parte de la sesión giró en torno a los tips importantes para que los proyectos se entiendan cuando son explicados en voz alta: qué destacar, dónde incidir, cómo no olvidarse información importante y cómo hacerlo para causar interés. Es importante tener el discurso muy integrado para poder navegar por él mientras lo estás poniendo en escena. Según la reacción de quien tienes delante, debemos poder virar el rumbo del discurso, para hacer el relato más interesante para la persona que le está escuchando. Es primordial también probar la presentación con muchas personas diferentes, probar y probar y tomar la temperatura de cómo se percibe. En un mundo en el que manejamos mucha información constantemente, es importante partir de la supuesta poca atención de la persona que tienes delante para que lo que comuniques capte su atención. Transmitir la seguridad de poder sacar adelante el proyecto es también necesario.

A finales de mes las residentes también participaron en una sesión exclusiva con Matías Piñeiro, cineasta argentino. Era el último encuentro grupal con un cineasta, y lo cierto es que no les dejó indiferentes. Piñeiro fue extremadamente generoso mostrando materiales que genera durante su proceso creativo. Desde pergaminos o libretas, pasando por papeles sueltos, objetos y vídeos. Compartió los procesos creativos por los que ha caminado en sus distintas películas. Pensamientos sobre lo difícil o fácil que cree él que resulta escribir un guión, cuando entendemos por escribir ponerse a encadenar palabras una tras otra en una hoja en blanco. Sus procesos han nacido siempre de la voluntad de adaptar una obra preexistente, o de partir de una o más obras, mezclarlas, adaptarlas a la vez y convertirlas en película.

Y entre la practicidad y la poesía, la inspiración y la realidad, ahora toca tomar fuerzas para encarar los últimos días de Residencia. No queremos, pero empezamos a despedirnos...

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