Sacudir los proyectos, redescubrir miradas y mantener la conexión con la industria

Jaume Claret Muxart, Marin Karmitz, Maui Alena y Carlos Marqués-Marcet en la Residencia de guiones durante el mes de octubre

En la crónica anterior decíamos que Estrany riu era la película del año. Y este mes empezamos precisamente con una sesión de su director (y residente de la primera edición) Jaume Claret Muxart.

Durante el encuentro nos abrió su proceso creativo: compartió decisiones tomadas en distintos momentos del desarrollo y mostró materiales de trabajo (guion, dosieres, pruebas, ensayos y otros documentos) que permiten intuir la magnitud global de la creación, entender cómo se fue construyendo la película desde dentro y ayudar a captar el paso por la Residencia.

Días más tarde, gracias a la colaboración con la Escuela de Cine de Barcelona (ECIB), pudimos asistir a una sesión abierta con Marin Karmitz (productor, director y fundador de MK2). El encuentro giró en torno a su trayectoria, desde los inicios hasta la etapa actual, repasando cómo sus intereses y convicciones han sido siempre el motor de las decisiones (también empresariales) que han marcado su camino.

La jornada finalizó con la proyección de una de las películas estrella en la filmografía de Karmitz como productor: Tres colores: Azul de Krzysztof Kieślowski, a la que asistieron las residentes gracias al acuerdo con la Filmoteca de Catalunya.

Y este mes ha llegado el momento del tan esperado primer retiro.

Como en cada edición, tuvo lugar en Faberllull (Olot), donde las residentes pasaron cinco días de trabajo intensivo en un contexto pensado para favorecer la concentración y el intercambio. La experiencia superó con creces las expectativas iniciales.

Las sesiones fueron conducidas por el consultor de guiones argentino Maui Alena y el cineasta Carlos Marqués-Marcet, director de Polvo serán y 10.000 km, quienes propusieron metodologías orientadas a sacudir la mirada sobre los proyectos y obligar a replantearlos desde puntos de vista nuevos. Trabajaron sobre los personajes, el tema, la tensión y los diferentes elementos que conforman una historia, todo con el objetivo de localizar o reafirmar el núcleo dramático de cada historia y explorar los personajes con una mayor profundidad.

El componente colectivo ha sido clave: poner los proyectos en voz alta, contrastarlos, dar y recibir devoluciones, practicar una escucha activa y comprometida. La convivencia, a su vez, actuó como punto de cohesión del grupo, generando un clima de confianza, generosidad y cuidado mutuo que terminó permeando también la manera de abordar los proyectos. Más allá de los avances de guion, se consolidó un sentimiento de comunidad que las sostiene.

Encaramos el tercer mes de la Residencia con la ilusión y las ganas intactas, entrando ahora en una fase de trabajo más quirúrgica sobre la estructura y los personajes, dispuestas a seguir profundizando con la misma energía con la que empezamos. Y siempre, siempre, con la generosidad como punto de partida.

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Transición. Deseo. Pérdida.